Lo que hacemos es una gota en el océano, pero si no lo haríamos el océano carecería de ella.
Madre Teresa de Calcuta

 

En el Círculo Católico de Obreros de Villa Ballester hemos hecho de esta frase de la Madre Teresa nuestro lema, para nunca olvidar que lo que hacemos no es más que una pizca, un grano de arena frente a la inmensa y adversa realidad de nuestros hermanos carenciados. En el desarrollo de nuestra historia hemos descubierto que este lema no solo nos identifica por el real grado de importancia que le da a las cosas, sino porque efectivamente somos una “gota”. Una gota que cae con fuerza, salpica, impregna un poco de su esencia en el entorno y a veces coincide con otras gotas, haciéndose lluvia.

Esto es lo que sucede cuando coinciden las voluntades de instituciones y personas preocupadas por el bienestar general. Esta lluvia cayó en Villa Ballester gracias al Rotary Club y nuestro amado Círculo, al trabajar en conjunto en tareas para el sostenimiento de nuestra obra, el Comedor Social Madre Teresa de Calcuta, poniendo en valor el espacio físico en el que recibimos a aquellos que necesitan una taza de sopa caliente, una comida, un oído atento, un abrazo.

Gracias a esta colaboración en conjunto, el Rotary Club de Villa Libertad decidió postular la obra del Círculo de Villa Ballester a un programa de premios, impulsado por la misma institución, en el que fueron otorgadas dos menciones. La primera a nuestra obra, el Comedor Social Madre Teresa de Calcuta, por brindar alimentos, contención social e inclusión a los sectores más vulnerables. Un reconocimiento que nos impulsa a continuar transitando este camino de promoción humana, de forma constante y pujante. El segundo fue otorgado a la Vicepresidenta del Círculo de Obreros, Sra. Alejandra Arrebola, por su compromiso social y actitud comunitaria. Valores visibles en ella en cada palabra compartida, en cada servicio ofrecido. En su persona vemos reflejada la misión de todos los dirigentes: estar disponibles, cercanos a la realidad de cada hermano y emanar el calor que emite el fuego del Espíritu Santo que vive en nuestros corazones, motor de nuestra institución.